— María del Pilar Zamudio
Las historias del pueblo Awá tienen un alto contenido espiritual y reflexivo, y permiten el aprendizaje de la ley natural o ley de origen.
Las historias ancestrales hay que revivirlas en cada hogar. Los padres y madres deben transmitir a su descendencia las historias, los consejos, los rituales, los sitios sagrados y explicar por qué se deben revitalizar, como lo hacían sus ancestros.
Hoy se ha trastocado la forma de apreciar la vida y todo lo que implica la convivencia entre los seres humanos y la naturaleza. Se ha menospreciado la espiritualidad y su poder de hacer posible la armonía y el equilibrio.
Hoy el ser humano cree que tiene el poder. Sin embargo, cada día nos damos cuenta de que no es así: cada día vemos que se nos van niños, jóvenes, abuelos; unos se van a descansar al tercer mundo, otros se van a experimentar la muerte de otra manera, otros se van porque están cansados y otros se van porque la vida no se aprecia y se dejan ir. Y a otros, en pleno vuelo de su vida, les fueron cortadas las alas.
Todo esto pasa porque están distraídos. Hay que abrir los ojos, mirar como las águilas: desde arriba se puede ver mejor el panorama y endulzar la palabra con las enseñanzas sabias de sus ancestros. Alguien estará escuchando y aprenderá que, durante siglos, ha permanecido viva una gente que supo entender a la Naturaleza, que vive con ella y que es dueña de la gran riqueza que ella contiene.
Cuando cada uno de ustedes sea consciente de la gran riqueza que poseen, lo espiritual estará por encima de lo material.
“Gracias Javier Ramiro por su aporte a la cultura, es el mejor legado para las nuevas generaciones.”
Por María del Pilar Zamudio
04 de enero de 2022 – Territorio Awá
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